En esta ocasión, los Bulls dieron guerra para vengarse de la dura derrota en playoffs con la diferencia más grande en la historia del equipo. Hay que dejar de lado que no jugaron Luol Deng (por malestar) ni Kirk Hinrich (por lesión en el muslo), sin mencionar a Derrick Rose ni que Nazr Mohammed fue expulsado en el segundo periodo por empujar a LeBron James.
"Como hemos estado diciendo, los Bulls son un equipo duro", dijo Bosh. "Sabíamos que teníamos que hacer un mejor esfuerzo del que dimos en la primera mitad. Y de eso es de lo que realmente se trata".
James acertó sólo seis de 17 lanzamientos e incluso Nate Robinson le bloqueó en el tercer cuarto.
Sin embargo, el cuatro veces MVP de la NBA apareció en los minutos finales al anotar 12 puntos en el último cuarto.
Carlos Boozer fue el máximo anotador de Chicago con 21 puntos. Nate Robinson y Jimmy Butler lograron cada uno 17 puntos. Joakim Noah contribuyó con 15 puntos y 11 rebotes, mientras que Marco Belinelli logró 16 puntos, pero los Bulls no pudieron remontar.
Jugando en Chicago por primera vez desde que su racha de 27 triunfos en la temporada regular llegó a su fin en su visita a los Bulls, los Heat soportaron de todo.
Los Bulls, por su parte, dejaron muy claro desde el inicio del encuentro que iban a dar guerra.
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